Viajamos de noche en un departamento de seis literas, aunque solo íbamos un joven francés y yo. No parece que los trenes nocturnos tengan mucho futuro en Europa. El trayecto no es largo pero el tren pasó una hora detenido en la frontera checa en Bohumin, cerca de Ostrava, separando los vagones de tren que iban a Budapest.
Así que a eso de las 7 amanecimos en Viena (Wien para los germánicos), en su modernísima estación.
Después de dejar la maleta en la consigna, tomar la reserva del tren para la noche, y tras desayunar, vi un anuncio que avisaba que a solo 10 minutos de la estación estaba el
Museo Militar de Viena:
Así que me fui para allá para estar en la puerta las 9h. cuando abrían. En unos amplios jardines se halla el Arsenal, que ademas de haber sido un almacen-cuartel de armamentos, desde el principio tuvo un edificio dedicado a museo del ejercito, para cantar las glorias del ejercito del emperador Francisco Jose que preside la entrada,
El edificio, en su eje central tiene un aire un tanto oriental, tipo mezquita de Cordoba
En sus cuatros salas principales, dedicadas al siglo XVIII, a la época napoleónica, a la Primera y a la Segunda guerra mundial, tenemos un montón de cuadros, uniformes y armas de cada época.
De las piezas históricas que hay, la que más me llamó la atención (y lamento lo malo de la foto) es el coche del atentado de Sarajevo contra el heredero del trono Austro-hungaro, que desencadenó la Primera Guerra Mundial.
Para acabar, en el exterior hay algunos tanques y cañones más.
TORRES DE DEFENSA ANTIAEREA
Después del museo, y para seguir con el tema bélico, quería encontrar las torres de de defensa antiaerea (las flak en aleman) que hicieron los alemanes para combatir a los bombarderos aliados en la II Guerra Mundial, y que asombrosamente todavía siguen en pie, en medio de parques de la ciudad.
Así que, después de comprar la tarjeta de transportes de un día para la ciudad, por 7,60 euros, tomé un tranvía y me fui hasta el parque de Arenbergpark. Allí en una pequeña zona verde entre edificios hay dos torres, una más estrecha, que debía ser de observación, y otra más ancha con cuatro plataformas circulares arriba, donde se colocaban los cañones del 88 que hemos visto antes.
Las torres están cerradas y valladas, y no parece que se usan para nada. Se ve que eran tan sólidas que era mayor el gasto en derribarlas que lo que se conseguía, y las han dejado donde estaban. Setenta años después siguen en perfecto estado. Estos alemanes eran buenos con el hormigón armado.
Cogiendo de nuevo el tranvía me fui al parque de Augarten, mas al norte, y mas grande que el anterior. Allí se puede ver otra torre cilíndrica de la misma finalidad
Puede que haya más torres, pero no he tenido noticia de ellas, así que no las busqué, y me dedique al siguiente objetivo.
LA ARQUITECTURA SOCIAL DE 1922-1933
En aquellos años de la primera posguerra, con el país en crisis, el gobierno social-democrata puso en marcha un ambicioso programa de viviendas para obreros, construyendo por toda la ciudad numerosos grandes edificios de apartamentos, de linea sencilla y moderna. El mayor de todos es el edificio Karl Marx (Karl Marx Hof) que decían que era el más largo de Europa. Se ve que están muy cuidados y bien restaurados. (No se si en los años de la ocupación alemana nazi le quitarían las letras del nombre, pero ahora las tiene para que quede clara la orientación de sus promotores)
Paseando por la ciudad se puede ver algunos edificios más del mismo origen. Todos tienen un rótulo con su nombre y año de construcción y se ven bien conservados.
Otros tópicos turísticos:
No me voy a detener en otras estampas de la zona central de Viena, que son archiconocidas, y que aparecen en todas las guías
El monumento a los soldados rusos:
Tiene más interés histórico esta plaza, con la estatua y la columnata dedicada a los soldados rusos que tomaron (o liberaron Viena). No se si los vieneses lo hicieron de corazón o un poco forzados por las circunstancias, ya que Viena estuvo ocupada algunos años por las tropas rusas. Pero ahí está, bien cuidado todo, con su cita de Stalin al final del rótulo.
La arquitectura modernista:
Una de las atracciones de Viena son los edificios modernistas de principios del siglo XX que hay por toda la ciudad, siendo uno de los más conocidos esta estación de metro de Otto Wagner
Otra de las estaciones modernistas
La Universidad:
Según iba anocheciendo llegamos a la Universidad, y entramos a fisgar.
Como en toda universidad de renombre, hay alguna referencia a los premios nobel o a los científicos de prestigio que han pasado por allí. En este panel se recuerda a Erwin Schrodinger, que se dedicaba a la Mecánica Cuántica cuando no estaba ligando.
Otros profesores de renombre que impartieron allí y que eran citados en los paneles fueron Freud el del psicoanalisis, Boltzmann- el de las distribuciones de partículas, Lise Meitner la que descubrió la fisión con Otto Hahn, pero fue apartada por judía, Doppler-el del efecto, o Konrad Lorenz el del comportamiento de los animales.
Y ya sin mas, volví a la estación, para recoger la maleta, cenar un pollo al estilo de los bosques vienes (o sea asado) y tomar el tren -couchette para ir a Dresde.