El siguiente día, domingo, tomamos el tren para ir a Krakow (o Cracovia en castellano). El tren luego seguía hasta Prezmysl, en la frontera con Ucrania.
El tren tarda 3h 15 min en llegar a Krakow.
A la salida te encuentras con unos restos de elementos de las murallas
Desde la estación, una calle peatonal con las tiendas habituales nos acerca a la gran plaza. En esta calle hay varias agencias que ofrecen excursiones para turistas y los mas ofertados, por no decir lo único, son unas minas de sal y el campo de concentración de Auschwitz. No soy yo el único que se interesa por la geología y las historias morbosas.
El enorme cuadrado tiene en el centro un edificio con una galería comercial de tiendas de artesania y similares.
En el exterior, calesas para los turistas
Y una curiosa escultura hueca, imitando las figuras clásicas.
Desde la plaza un corto paseo nos lleva a la ciudadela de Wawel, donde está el palacio de los reyes de Polonia, (aunque hace 200 años que no tienen reyes).
En el recinto hay varios museos. Yo entré al de las estancias reales, que se halla en este patio porticado. Como no dejaban hacer fotos no puedo poner imágenes de sus techos artesonados y frisos pintados en las paredes.
Aunque el palacio es más antiguo, los frisos proceden de las restauraciones del siglo XX. Hay que tener en cuenta que desde la perdida de la independencia de Polonia, a principios del XIX hasta principios de XX, esto fue un cuartel del ejercito austriaco y lo dejaron hecho una cuadra. A principios de XX, la ciudad se lo cambio al ejercito por otros edificios para cuarteles y empezaron a restaurarlo todo.
En el recinto de la ciudadela, con sus cuidados jardines, también hay otros edificios, como la catedral
Desde la altura de la ciudadela se puede ver el Vistula, que luego ira a Varsovia y a Gdanks.
Dejando la ciudadela vamos a callejear un poco, por avenidas y plazas mas o menos interesantes.
Y así llegamos una una antigua zona industrial junto al rio, con algunas fabricas e instalaciones que han sobrevivido, y con la que han hecho una ruta industrial historica.
Cruzando el rio hay una antigua fabrica de ceramica, creo, que ha sido convertida en museo dedicado al autor teatral Tadeusz Kantor
No se el interes que pueda tener el museo, porque no entré, pero el edificio voladizo que le han hecho por encima es francamente digno de apreciarse.
Y siguiendo por una zona de talleres y obras, un poco cutre, se llega al final de la ruta en la fabrica de Schlinder, el de la lista, que ahora también está convertida en museo, en recuerdo a los que se salvaron y a los que no.
Y como veis que ya está anocheciendo, nos vamos a cenar y luego a tomar el tren-literas que nos llevara a despertarnos en Viena.