Habíamos quedado en dejábamos Munich para ir a Stuttgart
Dia 7: Ulm y Stuttgart
Por supuesto que hay trenes directos de Munich a Stuttgart, pero para no llegar demasiado pronto al alojamiento, pensé bajarme un rato en Ulm.
ULM: esta ciudad, a la orilla del Danubio es conocida por tener la torre gótica más alta del mundo y por haber sido la cuna del celebre Albert Einstein (que se fue enseguida de aquí). Había estado hace 30 años, pero solo me acordaba de la torre. La calle que sale de la estación te lleva directamente a la plaza de la catedral.
Esta es la torre, que dicen ser la mas alta de todas las catedrales góticas. Recuerdo que la subí en mi anterior visita en 1986, así que está vez ni me lo propuse. Pone que tiene 161 metros, es decir 5 metros menos que la torre Iberdrola. Pero a mi me parece que tiene un poco de trampa, porque aunque es de estilo gótico, la acabaron en 1890. O sea que es relativamente moderna.
En estas catedrales suele ser entretenido el intentar averiguar los pasajes bíblico que se están tallados en las portadas
En la plaza había un mercadillo de productos agrícolas. (Muchos de ellos biológicos. ¡vaya manía que tienen los alemanes con ese rollo) La plaza es grande y en ese edificio municipal te cuentan la historia de ella. Resulta que cuando acabaron la torre, para que se viese bien, tiraron un edificio de un convento que había delante. Pero entonces les pareció que quedaba demasiado pelada, así que empezaron a hacer concursos de ideas para ver qué se podía hacer. Y así pasaron mas de 100 años, con diversas propuestas hasta que en el 2004 un arquitecto americano les ha hecho este edificio blanco que usan para algunas exposiciones e información turística.
De todas formas en tiempos del nazismo les vino bien que la plaza estuviese despejada para las concentraciones que les gustaba hacer.
Como decía, la ciudad está a la orilla del Danubio, que todavía es jovencito aquí
Por la parte del Danubio la ciudad está rodeada por una muralla, que no la tiraron cuando dejó de tener sentido militar, porque les ha venido bien como defensa contra las crecidas del rio.
Tiene bastantes edificios con la tipica arquitectura alemana
mezclados con otros modernos.
Me llamó la atención en un edificio este práctico reloj que da la hora en todo el mundo
Y así después de dar un repaso a la ciudad volví a la estación para tomar el primer tren que pasara para Stuttgart, que cosa rara en Alemania venía con retraso. Pero en una hora me plantó en la estación de Stuttgart.
STUTTGART
En esta estación llevan algún tiempo en obras, porque también quieren hacer un túnel de un montón de kilometros hacia Ulm, para descongestionar el sistema y acceder al aeropuerto. Hay una exposición en la estación para explicar el proyecto.
Después de tomar el tranvía para ir a dejar la maleta en el hostel, me volví andando y la primera parada fue en la nueva biblioteca municipal. Es un macrocubo de nueve pisos repleta de libros, con las plantas ordenadas por temáticas y con más escaleras que la del monasterio del «Nombre de la rosa». Por la noche las ventanas se iluminan de azul.
Desde la biblioteca hay un paseo peatonal entre modernos edificios que nos vuelve a la estación. Allí además de ver la exposición citada, se puede subir libremente a la torre, desde donde se puede tener una vista completa del centro de la ciudad, a la sombra de la estrella de la Mercedes, que domina desde lo alto
Stuttgart es una ciudad fácil de turistear, porque todo lo monumental está alrededor de la calle que sale de la estación, la Konig strasse, y de los jardines que quedan a la izquierda.
Todo ello está a tiro de piedra, así que la visita va rápida, y después de picar algo, pude ir a la Opera, a ver un montaje rarito de Carmen, por un precio muy módico desde el gallinero.
No es un interior especialmente ostentoso. También, como casi todo, fue rehecho después de los bombardeos de la 2ª Guerra. Por cierto, con la entrada, al menos por internet, te dan un billete para el transporte urbano después del espectáculo.
Dia 8: en Stuttgart
La idea del día era la de ir a visitar el museo de la Mercedes Benz, y me puse a ello.
El museo está junto a una de las grandes plantas que tiene esta marca al otro lado del rio Neckar, en la localidad de Cannstatt, donde empezó la empresa Daimler, que luego se unió con Benz hacia 1928.
El museo es un edificio moderno con un interior futurista, tipo «Blade runner». la visita se inicia en la planta alta con los modelos iniciales y se va bajando por una trampa espiral
Me pareció curioso que la fotografía que acompañaba al autobus fuera de un vehículo de propaganda de Chocolates Elgorriaga de Irun.
Y segun llegas abajo, están los vehículos de carreras, que no me motivan demasiado
Después de pasarme un buen rato en el museo, me acerqué a las orillas del Neckar, que allí está remansado por una esclusa.
Y cumplido el objetivo del día, después de comer algo pasé el resto de la tarde callejeando, y
subiendo en tranvía a una de las colinas que rodean la ciudad, para echar alguna foto
y bajando en otro tranvía de cremallera por una linea con gran pendiente.
y poco más.
Dia 9: de Stuttgart a Milan, pasando por Zurich
Ya había que ir pensando en tomar el camino de vuelta, así que me levanté tempranito para tomar un primer tren hasta Zurich.
En su trayecto por Alemania la vía iba alternando paisajes boscosos con pequeñas ciudades. En una de ellas, Singen, había una gran factoría de Maggi, la de los caldos.
Y así llegamos a la frontera con Suiza, en la localidad de Schaffhausen, que parecía una ciudad bastante grande
Y lo más bonito estaba a poco de salir de esta ciudad, la catarata del Rhin ( Rheinfall), que fue una sorpresa para mí ya que no sabia que estaban por aquí. Tienen 23 mts. de desnivel, segun wikipedia, pero como el Rhin ya es un rio caudaloso tienen un aspecto impresionante, para ser un rio europeo. (En Africa o America no serían gran cosa)
Con la bruma matutina tenían un aspecto misterioso, pero tenia la pinta de ser un sitio bonito. Habrá que volver algún día.
ZURICH
Y así seguimos hasta Zurich. Como solo tenia media hora de lapso hasta el siguiente tren solo me dio tiempo de dar una vuelta por los alrededores de la estación, que parece un enorme hangar.
Aquí tome un tren regional suizo que me iba a llevar hasta Bellinzona, cruzando los Alpes por el tunel de S. Gotardo.
Al principio del trayecto se va pasando a orillas de varios lagos, primero el de Zug y luego el de Lucerna.
La bruma y la ventanilla del tren no dejan tomar bonitas fotos de los lagos, pero no importa, hay calendarios llenos de magnificas fotos de los lagos suizos.
Así transcurre el viaje hasta llegar a Altdorf, donde ya empieza a subir hacia el S. Gotardo, acompañandole la autopista paralela a la via.
El tunel de S. Gotardo: en la estacion de Goschenes esta la boca norte del túnel de S. Gotardo. Esta obra conecta la parte germana de Suiza con la parte italoparlante al sur, en el canton de Ticino. Es un túnel mítico, construido en 1882, que en su momento fue el mas largo de Europa, con 15 kms. de recorrido y que costó la vida de 177 obreros cuando se construyó. Me hacia ilusión pasar por este histórico túnel, ya que pronto va a ser sustituido por otro túnel de base, mucho mas largo, de 57 kms, desde Erstfeld hasta Biasca, con menor pendiente y que acaba de ser inaugurado, aunque no creo que funcione aun. Supongo que el túnel que van a hacer a medias los italianos y los austriacos en el paso del Brennero, es para que los suizos no les quiten todo el trafico norte-sur con este nuevo túnel.
La autopista también pasa por otro túnel de 17 kms que también fue el mas largo de Europa en autopistas. Luego hubo un accidente con un incendio y 11 muertos, y durante una temporada tenia trafico en una sola dirección cada dos horas. Ahora la circulación es normal, pero parece que hay un sistema de goteo, que hace que los vehículos que pasen, vayan separados 150 mts. Me dio la impresión de que había atascos, pero supongo que era el sistema de goteo para dejar pasar a los vehículos aislados.
El tren sigue bajando, entre túneles y curvas, hasta llegar finalmente a Bellinzona
Bellinzona debe tener unas bonitas murallas, pero como solo tenia 10 minutos para cambiar de tren, solo tengo constancia de su estación, aunque al fondo se atisba una torrecita que debía ser parte del sistema defensivo de la ciudad.
Y desde allí, pasando junto al lago de Lugano, cruzando la frontera en Chiasso y pasando por Como, llegamos a Milan, que dejaremos para mañana.
Dia 10: en Milan y vuelo de vuelta
Al llegar por la tarde el día anterior, la capital italiana del norte no me hizo muy buena impresión, pero ya al día siguiente, con buen tiempo mejoró la opinión.
Al llegar por tren te encuentras en la Estación Central. Un edificio monumental, con grandes vestíbulos, y adornados por cuadros de cerámica en lo alto de los vestíbulos. Fue acabado en tiempos de Mussolini, y aunque es una mezcla de estilos se le nota ese aire imperial que el Duce quería darle a los edificios
Saliendo de la estación te encuentras en un barrio de oficinas, en donde destaca la torre Pirelli, que fue la más alta de la UE en algunos años.
Entrando en el núcleo antiguo, llegue a la Biblioteca Brera, que además es museo y escuela de Bellas Artes. Como solo tenía la mañana para ver Milan, pasé de entrar en museos. Solo fisgue un poco la biblioteca, con su aire de antigua.
De allí se llega a la plaza de la Scala, que por fuera no parece gran cosa.
La plaza tiene un monumento dedicado a Leonardo da Vinci
y allí se abre una de las entradas a las galerias Vittorio Emanuele, por un monumental arco
Por la salida opuesta se llega a la plaza del Duomo.
Con esta psicosis de seguridad que nos invade, había serios controles militares para entrar a la catedral (todo lo serios que pueden ser los italianos)
El centro de la plaza esta dedicado a un monumento a Vittorio Emanuele II. Los italianos después de la unificación se pasaron el siglo XIX y parte del XX llenando el país de símbolos patrios, para reforzar la identidad. (Lo cual no evitó que los que pudieron se largasen a Argentina o a Estados Unidos)
Para rematar el paseo turístico llegué hasta el palacio Sforza, un castillo que tiene un gran parque en el centro de la ciudad. El castillo es del siglo XV, pero la torre de entrada está rehecha el siglo XIX, porque los franceses tenían un polvorín allí y les explotó y voló todo por los aires.
Milan mantiene algunos antiguos tranvías, del tipo de los de Lisboa
De vuelta a la estación pasé por los Jardines Públicos, donde, entre otras, hay una estatua de Indro Montanelli. Lo saco aquí porque me suena.
En la estación central se puede tomar el autobús para el aeropuerto de Bergamo Orio al Serio, donde para Ryanair. Hay dos o tres compañías de autobuses que compiten por el cliente, y funcionan bastante bien, Salen puntualmente cada media hora y en menos de una hora, (y por cinco euros, al menos comprando con antelación por internet) te llevan al aeropuerto de Bergamo o al de Malpensa. Este aeropuerto de Bergamo tiene la ventaja de que es pequeño y los tramites y colas son más rápidas. (También el control antiterrorista me pareció mas laxo, pero igual pasa eso en todos los italianos)
Y en un vuelo de poco más de dos horas te trae a Santander. Por cierto que al pasar por Bilbao, pude ver que el edificio que más destaca desde el aire es el «donuts» de la cubierta del nuevo San Mames
Desde el aeropuerto de Santander hay varios autobuses directos a Bilbao, pero acaban pronto, así que tuve que tomar el urbano a Santander, cada media hora, que tarda 10 minutos y te deja en la estación de autobuses, para coger luego uno de los de Santander Bilbao. Y así llegar a casita.